A cardamo y cera huele tu piel al alba
De jazmín y azucena perfumas tu falda,
Entre tu piel y la ceda fulgores de malva
Y la briza de tu silueta que me ilumina hasta el alma.
Música del cielo aviva mis sentidos
Nubes y viento de alegres sonidos,
Mi mente recorre los momentos vividos
De sonetos y versos se colman mis oídos.
Tus ojos profundos derrotan mis celos
La noche en tus hombros me llena de anhelos,
El candor de tus besos cautiva mis sueños
Y entre tu cuerpo y mi aliento fervientes deseos.
El sol me impacienta, dirige mis instintos
La hipocresía se oculta entre pan y vino tinto,
Bajo el pliegue de tu enagua, en custodia mi destino
Y sobre tu carne se yerguen mis barreras de lino.