jueves, 26 de junio de 2014

Los ajenos.

Para "los ajenos," 
esos que  nos miran a "los otros" con los ojos de la vida 
presumiendo distinguir del mundo el trozo magro del desconsuelo, 
donde nos perdemos a ratos,
donde buscamos cubrir los huecos secos del abismo del espíritu. 

Que digan esos,
si es que saben,
¿a dónde va la vida cuando nos olvida?
¿a dónde a escapado la luz que nos dejó ciegos?
¿de dónde viene este extraño viento que nos arrastra?¿a dónde nos lleva?

Las caras macilentas despiertan, 
se retuercen,
sueltan exclamaciones quejosas y chillentas
se zampan un par de malas palabras, 
se retrasan, 
bostezan.

"Los ajenos," 
"los otros," 
"los perversos" 
y "los melancólicos" 
nos juntamos en los corredores, 
en los pasillos estrechos, 
cruzando las calles abarrotadas, 
abriendo y cerrando puertas, 
poniendo getas
restregando las nalgas contra los pupitres, 
estornudando a veces, 
malgastando neuronas, 
perdiendo tiempo,
ganando dinero, 
pretendiendo. 

Las mujeres nos pintamos los labios.

La masa despierta, 
se estira, 
irascible,
arrastra desairada su escasa voluntad, 
malversa un "buenos días", 
callada, 
camina.

Vestidos de pudor "los más"
trazamos con cinismo la rutina del olvido 
entregando desdeñosos el cariño a los silencios largos,
las tardes nubladas, 
el café amargo, 
las noches sin madrugadas. 

Gustamos de azorar el tiempo 
con el movimiento absurdo, 
bruzo y malcriado 
de azotar las yemas de los dedos sobre las mesas 
¡para hacernos sordos! 
para no mirar al que tiene NOMBRE, 
evitando 
encontrarnos que "el verbo" 
de nuestra humanidad más cruda, 
fingiendo arrogantes ingenuidad del mundo, 
callando boca y manos,
temiendo,
escondiendo el idilio magnífico de nuestro pensamiento.

Extinguiendonos.

Despierto, 
me retuerzo, 
bebo un sorbo de mañana, 
estornudo...

¿Cuándo decidirá la evolución alcanzarnos? 
pues si solo los más aptos hemos sobrevivido, 
!ay¡ del mundo, 
del cielito lindo, 
la patria muerta. 

!La consunción de la razón nos ha derruido¡